Noticias Jurídicas

31/07/2014

Abogados TIC, la gran oportunidad digital

La era digital trae consigo toda una revolución encabezada por Internet y por la nuevas tecnologías de la comunicación e información que está creando nuevos desafíos en el mundo de la abogacía. Realidades jurídicas globales que avanzan inexorables y que están cambiando las fórmulas clásicas de impartir justicia. Es aquí donde emerge con fuerza la figura de los expertos en derecho digital o abogados TIC, mediadores entre el desafío digital y la justicia tradicional y una figura al alza en los tiempos que corren.

Pero, ¿qué es un abogado TIC? Se trata de profesionales del Derecho formados en las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, especializados en alguna de las cuatro ámbitos del Derecho aplicados a las TIC: propiedad intelectual, protección de datos, comercio electrónico y delitos informáticos. Un perfil de abogado que suele ser trasversal, como bien explica Eduard Chaveli, presidente de la sección de Derecho Informático y Telecomunicaciones del ICAV. “Hay abogados que tocan el derecho digital por área más que por especialización, de forma que un abogado especializado en derecho penal puede acabar tocando delitos informáticos. Esto sucede porque los casos de derecho informático suelen ser trasversales y acaban tocando muchas áreas del derecho.

Una situación esta última que se da con normalidad en la abogacía española por la falta de perfiles TIC. Según datos de Enatic -Asociación de Expertos Nacionales en Abogacía TIC- de los alrededor de 200.000 abogados existentes en España sólo a 1 de cada 20 se le puede considerar un abogado digital. Tan sólo un 5%, equivalente a 10.000 letrados, tienen o conocen las tecnologías de la información y la comunicación en nuestro país, una cifra que Rodolfo Tesone, presidente de Enatic, califica de “insuficiente”. “Desde ENATIC pronosticamos una demanda exponencial porque las regulaciones lo van a permitir. Próximamente toda empresa con más de 250 empleados va a requerir por ley de un experto en privacidad, sólo con eso ya se van a necesitar más de 5.000 abogados especializados en este campo”.

Rodolfo Tesone: “Desde ENATIC pronosticamos una demanda exponencial porque las regulaciones lo van a permitir”

Dentro de las cuatro grandes áreas del derecho de la información nos podemos encontrar con dos perfiles claramente diferenciados de abogado TIC. El primero es el más común y se corresponde con el del abogado generalista que por circunstancias de su trabajo se ha de preparar y digitalizar para llevar un caso concreto que requiere un conocimiento de las TIC. El otro perfil es el del autodidacta, tiene un carácter de persona espabilada con las nuevas tecnologías y que va reciclando el conocimiento a medida que van evolucionando las TIC”, señala Rodolfo Tesone.

Un perfil este segundo que suele manejar plataformas de gestión documental, cultura ofimática, Linux, herramientas y aplicaciones de seguridad de la información, servicios (servicios en la nube de Internet), se dota en su trabajo de una red de expertos… Todo ello con el objetivo de aprender y manejarse en el lenguaje informático lo que, en palabras de Javier de la Cueva, abogado experto en propiedad intelectual, es “un objetivo fundamental del abogado TIC para acabar siendo un perfecto puente hermenéutico entre su cliente y el juez, ya que será un perfecto traductor al dominar dos lenguajes: el jurídico y el informático”, explica.

Eduard Chaveli: “Muchos abogados salen de aquí a especializarse y al volver ya están trabajando por la poca cantidad de másteres que se ofertan aquí en Valencia”

Ante la oportunidad digital

Día tras día nos encontramos ante nuevos casos que se originan desde el uso y el abuso de las nuevas tecnologías e Internet. Las recientes oleadas de detenciones por injurias a políticos a través de Twitter y Facebook, intromisiones ilegítimas por celos en la privacidad de la pareja con aplicaciones espía para el móvil o el reconocimiento por parte del Tribunal de la UE del derecho al olvido contra motores de búsqueda como Google, generan nuevos escenarios jurídicos a los que el mundo de la abogacía ha de adaptarse y toda una serie de oportunidades en un mercado laboral necesitado de abogados TIC.

En Valencia, la tónica habitual es la de estudiantes de Derecho que acaban la carrera y realizan un curso de postgrado o un máster en Derecho de la Información y Telecomunicaciones fuera de aquí y se especializan. Muchas veces salen de aquí a especializarse y ya están metidos en el tema por la poca cantidad de perfiles y másteres que se ofertan aquí en Valencia, ya que la mayor parte y los más potentes están en Madrid y Barcelona”, indica el presidente de la sección de Derecho Informático y Telecomunicaciones del ICAV, Eduard Chaveli, quien sin embargo reconoce que no es una situación recomendable la de especializarse y empezar a ejercer el derecho informático, ya que “aunque estén bien formados y especializados como abogados TIC les falta el conocimiento de las instituciones básicas del Derecho que son fundamentales para la posterior especialización”.

Chaveli describe el perfil de abogado TIC en Valencia como una “persona joven -aunque no necesariamente- que tiene una inquietud por las nuevas tecnologías, conoce bien el lenguaje informático y se lleva bien con él”. Este amor por las nuevas tecnologías ha de nacer del propio abogado, pues el mundo de la abogacía, tanto el laboral como el académico, carece de los estímulos necesarios para crear internamente un abogado TIC.

Según Lorenzo Cotino, profesor titular de Derecho constitucional de la Facultad de Derecho de la UV y coordinador de la Red de especialistas en Derecho de las Tecnologías de la Información y Comunicación, “el alumnado de derecho, destaca en modo alguno como gran usuario en nuevas tecnologías pero sí es cierto que a lo largo de la carrera va alejándose en el uso de bases de datos, el uso de Internet para acceder a información, y yo no sería especialmente positivo en sus habilidades en el uso de procesadores de texto para exprimir y hacer más eficiente su uso de las nuevas tecnologías”. En definitiva, “el alumno de derecho no destaca por el uso de las TIC como herramienta”, confirma.

Internet genera conflictos globales que se han de resolver con diferentes jurisdicciones locales, lo que crea desamparo y paraísos del cibercrímen

Un problema que tiene su raíz en la atávica estructura de los planes de estudio que fomentan que el futuro abogado no esté adaptado a los nuevos problemas legales que plantean las TIC. “Lamentablemente, en el uso de las nuevas tecnologías en el derecho, dígase privacidad, protección de datos, tratamiento de redes sociales o comercio electrónico, los planes de estudio siguen quedando bastante al margen, porque la estructura de los planes de estudio es bastante rígida y no permites amoldarse a las exigencias reales de la sociedad. El profesorado no siempre conoce el derecho de las nuevas tecnologías y ante la ignorancia lo mejor es eludirlo”, explica Cotino.

Pedagogos TIC

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Javier de la Cueva, uno de los mayores exponentes de la abogacía TIC.

Uno de los mayores problemas a los que se enfrentan los abogador TIC en el ejercicio de su trabajo se encuentra en el desconocimiento por parte de la judicatura con todo lo que rodea a Internet y las nuevas tecnologías. “Se han dado casos en los que si los jueces hubieran sabido lo que estaban haciendo solicitarían actuaciones contra la policía por mentirles. Ha habido casos de barbaridades y dado el desconocimiento existente en temas TIC de la judicatura y la fiscalía, a los abogados TIC más que derecho tenemos que hacer pedagogía”, denuncia el abogado y estudioso de las relaciones ente derecho y tecnología, Javier de la Cueva, quien también apunta a la falta de medios y tiempo por parte de la judicatura para profundizar en los temas de Derecho Informático lo que provoca que algunos de estos ciberdelitos acaben prescribiendo.

Un modelo el de las TIC que, en palabras de De la Cueva, “tiene mucho que enseñarle al modelo tradicional de la abogacía”. “Actualmente todavía existen abogados pegados a sistemas informáticos cerrados cuando el futuro de la profesión pasa por estandarizar un sistema de protocolos libres, abierto”. No obstante, matiza que los medios digitales no son la solución para la justicia, son una ayuda. “La justicia ha de seguir siendo una labor artesanal, ya que el principio de la mediación jurídica jamás te la van a dar los sistemas informáticos. Una oficina digital no genera una mejor justicia”, admite.

Uno de los mayores retos del derecho informático lo plantea la deslocalización de Internet. Como realidad global motiva que la gran mayoría de delitos que se producen a través de la red sean extraterritoriales, lo que se convierte en una fuente inagotable de problemas para la justicia. Un ejemplo cercano son las detenciones por amenazas e insultos de varios jóvenes, dos de ellos valencianos, a través de las redes sociales, que en otros países no podrían haberse llevado a cabo.

Consulta el reportaje completo en la edición digital de El Legajo

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