Noticias Jurídicas

22/05/2014

¿De qué te puede contagiar la empresa en la que trabajas?

El estrés, la dependencia de las nuevas tecnologías y los problemas musculares son las principales causas de absentismo en el actual mercado laboral. Un buen sistema de gestión del desempeño puede evitarlos.

Dolores de cabeza, problemas de espalda, falta de concentración y trastornos psicosociales son algunas de las patologías asociadas a las nuevas maneras de trabajar, el miedo a quedarse sin empleo y el uso abusivo de las nuevas tecnologías.

Aunque es cierto que las molestias osteomusculares continúan a la cabeza de las enfermedades relacionadas con la vida laboral, los problemas psiquiátricos están ganando fuerza. Según Antonio Iniesta, presidente de la Asociación Española de Especialistas en Medicina del Trabajo (AEEMT), “el primer grupo aumentará por el envejecimiento de la población laboral española, y la patología psiquiátrica conforma un cajón de sastre donde sobresalen por frecuencia los trastornos adaptativos y la ansiedad reactiva”.

Y para muestra, las cifras. Xavier Bareza, director del máster universitario en prevención de riesgos laborales de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), asegura que, a pesar de que “aproximadamente el 45% de las bajas son por causas musculares, sorprende el aumento de las patologías mentales, que ya representan el 15% de las causas de absentismo”.

El impacto de las nuevas tecnologías está provocando tecnodependecia, tecnoestrés y tecnoadicción. Josep Ginesta, responsable del área laboral y de capital humano de Ribe Salat Consulting, advierte del uso abusivo que algunos profesionales hacen de los dispositivos que nos mantienen conectados a la oficina. “Esta obsesión da lugar al aumento del síndrome del trabajador quemado”, alerta Ginesta quien, además, avisa de que pueden originar jornadas eternas, lo que resta horas de descanso a los profesionales.

Ginesta no es el único en poner el foco de atención sobre las TIC. Simon Dolan, profesor de Esade, también considera que, aunque las nuevas tecnologías han llegado para ayudarnos, algunas empresas las utilizan como una manera de controlar a sus trabajadores: “Hay más presión con la tecnología. Además, los empleados saben que el trabajo escasea y se sienten obligados a estar siempre atentos. Cuando no podemos separar las responsabilidades laborales del descanso surgen muchos problemas”. Pero Dolan considera que la responsabilidad última es del profesional que debe ser consciente de este enganche.

Javier Merino, director en España de Recursos Humanos y comunicación de Bull, recomienda “un buen sistema de gestión del desempeño ligado a resultados y no a horas para solucionar los males de los trabajadores del siglo XXI”. La eficiencia no debe estar sujeta a horario.La falta de oportunidades también enfermaAunque la definición de salud laboral requiere tener empleo, lo cierto es que estar fuera del mercado comporta un riesgo psicosocial. Frustración, depresión y falta de autoestima son algunas de las patologías que sufren los que se encuentran en situación de desempleo.

Simon Dolan, profesor de Esade, considera que muchos de los problemas psicológicos asociados al paro se producen por la desilusión que genera no saber buscar un nuevo empleo. “Cuando alguien se encuentra ante este dilema debe pedir ayuda. Los psicólogos saben que la depresión aparece cuando nos sentimos víctimas, cuando creemos que no tenemos control sobre nuestra vida”.

Normalmente son los profesionales que se ven en la calle tras décadas trabajando para la misma empresa los que lo sufren. Así lo cree Xavier Baraza, director del master universitario en prevención de riesgos laborales de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), quien apunta también a otro colectivo como de riesgo: la generación perdida, los jóvenes de poco más de treinta años que dejaron los estudios para trabajar en la construcción y ahora se ven obligados a reciclarse.

Ponerse límites tampoco facilita la labor de encontrar un nuevo puesto y puede originar reveses cuando esa persona debe rebajar sus aspiraciones.

Los mayores de 45 años que descubren la dificultad para recolocarse pueden sufrir también esta frustración. Acudir a profesionales que te ayuden en esta tarea y ampliar el radio de búsqueda pueden ser de gran ayuda.

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