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¿Despediría a los más valiosos si son muy caros?
Si usted cuenta en su pyme con empleados muy valiosos pero que le resultan excesivamente caros, ¿le compensa fidelizarlos y quedarse con ellos? Hay argumentos a favor de hacer todo lo posible por retenerlos.
Para complicar un poco la situación, pongamos otro caso:¿Qué haría usted con aquellos profesionales que no aportan tanto pero resultan igualmente caros? También puede haber argumentos a favor de mantenerlos. Sobre todo porque da cierto reparo desprenderse de ellos por miedo a que se vayan a la competencia y eso resulte aún más perjudicial para la compañía.
-Lo primero que debe hacer es saber quiénes son sus mejores talentos. Definir aspectos y políticas y que exista una espiral del compromiso y no sólo una mera relación de trabajo. Hay que hacer todo lo posible para que quieran seguir, que crean en el proyecto y estén comprometidos.
-Como empresario debe evaluar al menos cada seis meses cómo hace su trabajo cada empleado. Existen instrumentos para planificar y evaluar, y quien no lo hace se encuentra inevitablemente con el dilema de cómo retener al profesional que resulta caro.
-La miopía estratégica y el corto plazo desperdician el talento actual. Si apuesta sólo por lo más barato en vez de por el verdadero talento, puede pasarle factura.
-No retener el talento, aunque sea caro, lleva a transmitir un mensaje de “aquí no puedes llegar a cobrar mucho aunque seas bueno”. Esto resulta demoledor; terminas premiando la incompetencia; se da un mensaje al mercado y a los clientes de “aquí no apostamos por lo bueno”.
-Si alguien se gana lo que cobra hay que mantenerlo, aunque sea caro. La organización debe hacerlo si confía en la calidad, si realiza una apuesta a medio o largo plazo. Es la única manera de mantener ese negocio. La excepción puede estar en empresas low cost en las que todo está automatizado y sistematizado. En esas compañías puede haber alguien que resulte caro, y eso mismo podría hacerlo alguien que cobra menos.