Noticias Jurídicas

15/05/2013

Directivos que fabrican legalmente su propio despido

En tiempos de incertidumbre, el ingenio se agudiza. Muchos directores de recursos humanos se enfrentan a peticiones extemporáneas de reducciones de jornada o candidaturas inesperadas para ser miembros del comité de empresa. No son pocos los empleados que buscan una alternativa a un posible despido intentado retorcer las leyes a su favor. Con más de seis millones de parados, muchos trabajadores se aferran más que nunca a sus puestos.

Sin embargo, la crisis también discurre por terrenos muy distintos a los habituales y aunque parezca contradictorio, en los últimos cinco años, ha surgido una corriente de empleados que actúan en dirección contraria, buscando su despido. Tienen un perfil muy definido: empleados de alto nivel y directivos que ante la incertidumbre de negocio y la dureza de los tiempos optan por salir de la empresa sobre el siempre cómodo colchón de sus blindajes o indemnizaciones astronómicas provocadas por su alto sueldo o antigüedad.

Estos trabajadores sueñan con un retiro de oro o crear su propia empresa gracias a esa jugosa compensación. Sin embargo, al otro lado se encuentran una compañía que no está en la mejor situación económica para afrontar el pago de una millonaria indeminización, con lo que el proceso puede alargarse mucho más de lo deseado por el directivo. Ante esto, muchos ejecutivos deciden actuar y se ponen en manos de bufetes laboralistas que les asesoren. El objetivo: que la empresa despida al que hasta ayer era el mando perfecto.

La estrategia suele ser mucho más importante que los aspectos jurídicos en estos encargos; se trata de conseguir un despido improcedente o injustificado o de abrir una vía de negociación a una salida indemnizada de un directivo del que la empresa no contempla prescindir”, explica a EXPANSIÓN un letrado laboralista.

Generar conflicto
Este abogado manifiesta que “en algún supuesto al que hemos tenido acceso, la estrategia se centró en generar situaciones de conflicto, normalmente con la casa matriz, por cuestiones de gestión diarias pero que una multinacional no permite a un directivo, como plantear al comité de dirección actuaciones alejadas a las políticas del grupo con la excusa de ajustarse a las necesidades locales”.

En general, lo que los bufetes laboralistas recomiendan a estos trabajadores es generar situaciones habituales en empleados comunes, pero no en directivos; situaciones que no provocan causa disciplinaria de despido ni rendimiento anómalo, pero que no suelen ser asumibles en un directivo. “Debidamente ordenadas, esas situaciones provocan un cúmulo inasumible en la cúpula de una organización que obliga a sentarse a pactar una salida o a ejecutar un despido difícilmente defendible ante los juzgados de lo social”, añade el letrado consultado.

Generar conflicto:

Este abogado manifiesta que “en algún supuesto al que hemos tenido acceso, la estrategia se centró en generar situaciones de conflicto, normalmente con la casa matriz, por cuestiones de gestión diarias pero que una multinacional no permite a un directivo, como plantear al comité de dirección actuaciones alejadas a las políticas del grupo con la excusa de ajustarse a las necesidades locales”.

En general, lo que los bufetes laboralistas recomiendan a estos trabajadores es generar situaciones habituales en empleados comunes, pero no en directivos; situaciones que no provocan causa disciplinaria de despido ni rendimiento anómalo, pero que no suelen ser asumibles en un directivo. “Debidamente ordenadas, esas situaciones provocan un cúmulo inasumible en la cúpula de una organización que obliga a sentarse a pactar una salida o a ejecutar un despido difícilmente defendible ante los juzgados de lo social”, añade el letrado consultado.

Otro abogado del área de laboral de un gran despacho apunta que una práctica bastante común cuando un trabajador desea salir de forma indemnizada de la compañía es “el descenso de su rendimiento, un incumplimiento contractual que suele ser muy difícil de probar ante los jueces, que además son muy reacios a estimar procedentes este tipo de despidos”.

Al final, como estas conductas pueden hacer mucho daño a las compañías, éstas optan por despedir e indemnizar como mal menor.

Fuente: www.expansion.com

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