Noticias Jurídicas

10/10/2013

Las empresas no quieren empleados adictos al móvil

El “juego de la pila” ya se ha convertido en algo común en restaurantes neoyorquinos: los comensales deben poner sus teléfonos en el centro de la mesa apilados antes de comenzar el ágape y el primero que sucumba a la tentación de cogerlo debe pagar la cuenta.

La sencillez del juego no debe presuponer una victoria sencilla, ya que no todo el mundo puede vivir sin su teléfono. Lejos de ser un topicazo, lo dicen las cifras: tres de cada cinco norteamericanos son adictos al móvil, según la última encuesta de Instituto Pew –una referencia nacional en eventos como las elecciones presidenciales– y American Life Project.

Hay más: el 44% duerme junto a su teléfono y, de ellos, el 67% ha experimentado alguna vez “cosas extrañas”. No son raros los casos de quienes dicen que comprueban su dispositivo a altas horas de la madrugada para ver si hay llamadas o emails, aunque éste no haya vibrado ni sonado.

Culpas

Muchos de los encuestados no saben en qué punto se convirtieron en adictos a su móvil. Otros culpan a sus empresas, que les piden estar disponibles durante 24 horas. Los trabajadores de Volkswagen no reciben ‘emails’ en su móvil fuera del horario laboral

¿Hay solución? Algunas compañías empiezan a buscar cómo aliviar a su plantilla del yugo de la hiperconectividad. Una de las pioneras fue Volkswagen, donde los empleados no reciben correos electrónicos o mensajes de texto en sus BlackBerry corporativas fuera del horario laboral. La empresa dice que empezó a pensar en tomar medidas cuando algunos trabajadores se quejaron de que su vida profesional estaba interfiriendo en la personal.

Prohibir el ‘email’

Algo similar ha hecho Daimler, que ha elaborado un informe La conciliación del trabajo y la vida privada. La automotriz ha inhabilitado la recepción de emails durante las vacaciones de sus empleados –siempre que ellos así lo quieran–, lo que no implica encontrarse un buzón lleno de correos electrónicos a la vuelta de la playa. Y es que los mensajes se derivan a otros trabajadores en activo, evitando así que queden emails pendientes.

Otros van más allá, como es el caso de la tecnológica Atos, que en 2014 prohibirá el uso del emails, pues considera que con el auge de los dispositivos móviles merman la productividad. Entiende que es una forma de comunicación saturada, por lo que cree que ha llegado el momento de “pensar diferente”. Atos reivindica, por ejemplo, el uso de las reuniones presenciales en las que, sin duda, tendrán que extender el “juego de la pila”.

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