Entrevista a Sebastián Pérez Ortiz, Presidente de la Diputación de Granada
«Nuestro gobierno trabajará para que Granada deje de ser la provincia más pobre»
Sebastián Pérez Ortiz, casado y con dos hijos, nació en Granada el 15 de octubre de 1965. Se inició en el mundo de la política –cuenta con estudios en Ciencias Políticas por la Universidad de Granada– en 1991 como concejal del Ayuntamiento de Granada, pasando a ser teniente de alcalde desde 2003 hasta 2011. Además, es senador del Partido Popular por la provincia de Granada desde el 9 de marzo de 2008, actuando como vicepresidente segundo de la Comisión de Fomento y como vocal en la comisiones de Defensa e Interior. Desde el pasado 14 de julio de 2011 es presidente de la Diputación Provincial de Granada.
Son casi las 00:00 horas del día 22 de mayo, aún no se ha confirmado la victoria en Diputación, ¿qué se le pasaba por la cabeza? ¿Y cuándo se confirmó la mayoría absoluta?
La noche del 22 de mayo, para decenas de miles de mujeres y hombres, fue la noche de los sueños, de las ilusiones, de las esperanzas, de la felicidad. Desde ese mágico momento, no ha habido ni un solo día en el que alguien no me pregunte qué pasó por mi mente en el mismo instante que se confirmaba el triunfo electoral. Agradezco a mi familia, con toda mi alma, que me haya permitido llegar hasta aquí, que me haya ayudado y que lo siga haciendo. Ellos son, con Granada, mi razón de ser y de vivir.
¿Cómo se plantea este nuevo reto?
La presidencia de la Diputación de Granada es para mí una gran responsabilidad, y el mayor orgullo que los ciudadanos me han encomendado. Y hablo desde el profundo sentimiento de una persona convencida de la importancia del sacrificio personal en beneficio del interés general. Asumo, desde la humildad absoluta, ese sentimiento especial de vocación política que tiene como pilar fundamental la fe en el ser humano y la incansable voluntad de esfuerzo, trabajo y dedicación a los demás.
Después de 30 años de gobierno de otro signo político, ¿por dónde se empieza? ¿Qué era lo más urgente y necesario?
Iniciamos una nueva etapa, con una Granada de todos y para todos. El hecho de que la alternancia se haya ejercido en Granada en paz y en libertad supone un hito que viene a poner de manifiesto la madurez democrática que la sociedad granadina ha atesorado en los últimos 35 años. El pasado 14 de julio, durante mi toma de posesión como presidente de la Diputación de Granada, me comprometí ante los ciudadanos de esta provincia a gobernar para todos, sin distinción de siglas políticas o intereses partidistas. Anuncié que mi dedicación iba a ser plena e igualitaria para todos los municipios de Granada, y así lo estoy cumpliendo en estos primeros meses de mandato. Lo más urgente es atender y escuchar a esos municipios, esos alcaldes, que no se han sentido respaldados por la institución durante muchos años.
¿Cómo definiría la situación en la que se encuentra actualmente la Diputación de Granada?
Después de más de treinta años de mandato unipartidista, la institución estaba adormecida y este acomodo por parte de los dirigentes que la gobernaban, inevitablemente, se había trasladado a la provincia, a nuestros municipios y ayuntamientos, que, según me han trasladado personalmente, habían perdido la fe en la Diputación. Por eso, nuestro trabajo diario se marca como objetivo el recuperar la confianza e ilusión de los granadinos por la institución más emblemática y cien por cien granadina que tiene esta provincia.
¿Qué medidas han sido ya adoptadas?
El equipo de Gobierno tiene, independientemente de sus ganas e ilusión, propuestas serias y eficaces para realizar una buena gestión durante el mandato que tenemos por delante. Las primeras de ellas ya se han puesto en marcha a los pocos días de tomar posesión. Hemos reducido el 30 por ciento de los cargos de confianza y el salario de los que se mantienen. Una medida, la primera que adopté como presidente, que ha supuesto un ahorro de cinco millones de euros. Ya adelanto que no va a ser la única iniciativa porque lograr que la institución provincial funcione de forma más austera supone, directamente, que podamos destinar más recursos a quienes más lo necesitan.
¿Qué objetivos se ha marcado a corto, medio y largo plazo en Granada?
Mi trabajo diario no tiene más objetivo que el de servir a la provincia de Granada y fomentar el desarrollo de sus municipios para contribuir al bienestar social de sus habitantes. Y bajo esas dos premisas reitero mi mensaje de que los representantes de los ciudadanos debemos aunar esfuerzos para alejarnos de la confrontación y buscar, juntos, las fórmulas que propicien la mejora de la calidad de vida de quienes nos han elegido democráticamente. En mi discurso de investidura, hice un llamamiento a las administraciones autonómica y central para que nos acompañen, desde la lealtad, en esta tarea de necesaria y justa colaboración con cuantos recursos sean reclamados por el organismo supramunicipal. Ofrezco un trabajo leal y riguroso, pero ya adelanto que seré muy exigente con cuantas reivindicaciones se planteen en beneficio de Granada.
¿Cuáles serán las líneas principales de su gobierno?
Mi determinación y nuestro programa de gobierno, irán encaminados a trabajar con el máximo esfuerzo para que Granada deje de ser la provincia más pobre de España y para que abandone los primeros puestos en las listas de desempleo. Y para lograr ese objetivo garantizo una atención institucional prioritaria y cercana. Un gobierno provincial que se ocupe y resuelva los problemas reales de los ciudadanos. Estamos preparados para iniciar de inmediato una idea política de centro, reformista y no excluyente. Haremos cuantas reformas sean necesarias para abordar un futuro mejor, más ilusionante y con más oportunidades para el desarrollo social y económico de Granada.
Dada la situación de crisis actual, ¿cómo se puede crear empleo en la Provincia de Granada?
Atravesamos uno de los peores momentos económicos y sociales de la provincia. La responsabilidad conlleva reconocer que nos encontramos en una situación muy difícil, muy compleja, pero a la vez nos permite albergar el firme convencimiento de que con esfuerzo y voluntad seremos capaces de superar las circunstancias más adversas. Quiero expresar mi especial cercanía y comprensión con los más de 130.000 mujeres y hombres de esta provincia que están sin trabajo. A las más de 50.000 personas que, según las estadísticas, están por debajo del umbral de la pobreza. También quiero trasladar mi apoyo a los miles de profesionales y empresarios que han tenido que renunciar a su sueño de consolidar su empresa en Granada. Es a ellos hacia los que debemos dirigir nuestra atención, recursos, apoyo, porque son los empresarios e inversores los únicos capaces de generar empleo en nuestra provincia. Pero para ello, primero necesitan tener las garantías de que invertir en Granada es invertir con seguridad y estabilidad. Ello, afortunadamente, irá aparejado al impulso y generación de riqueza en nuestra tierra y, por supuesto, creación de puestos de trabajo estables para nuestros ciudadanos. Desde nuestra responsabilidad provincial, no vamos a desaprovechar un solo día en la búsqueda de alternativas y recursos que permitan paliar esta difícil situación por la que atraviesan.
Díganos las principales y más urgentes necesidades de la Provincia de Granada.
Yo creo que la necesidad más imperiosa y que se ha convertido en la principal preocupación de los granadinos es la crisis económica, vinculada a una desorbitada tasa de desempleo, que se ha convertido en la mayor lacra que tiene la provincia de Granada. En este momento tan delicado, hay que estar muy cerca de nuestros ayuntamientos, de nuestros alcaldes y nuestros empresarios, para buscar soluciones y generar las políticas que saquen a Granada del lugar donde se encuentra. De nada sirve alabar el desarrollo provincial cuando, por desgracia, siguen más vigentes que nunca carencias primarias en infraestructuras, estancamiento del tejido productivo y ausencia de servicios sociales básicos.
¿De qué forma su gobierno fomentará y ayudará a la empresa granadina tanto para su creación como fortalecimiento?
La fórmula que ofrecemos a los empresarios desde la Diputación de Granada es la agilización de todos los trámites y puesta a disposición de los ayuntamientos el acceso a nuestros servicios técnicos. Muchas veces los ayuntamientos tienen que hacer externos esos servicios porque no tienen capacidad para resolverlos. Si mañana un empresario quiere invertir un euro en nuestra provincia, tiene que saber, primero, que tiene todas las garantías jurídicas y que lo puede invertir cuanto antes, porque, si no, se va a llevar ese euro a otra provincia, con seguridad. Yo pretendo que el empresario que quiera invertir en Granada tenga la tranquilidad de que va a hacerlo sin ningún problema. Por eso hemos establecido líneas de colaboración con muchos ayuntamientos. Con nosotros, los empresarios van a tener garantías. Un inversor no puede empezar una infraestructura o proyecto para generar riqueza y empleo en Granada y estar perdido en instituciones y burocracia. Al final lo aburrimos y se va. Debemos dar garantía a estos empresarios de que cuando tomen la iniciativa tendrán el respaldo de las estructuras de la Diputación. Quienes van a crear en la provincia puestos de trabajo son los empresarios y hay que ayudarles mucho.
El escenario no es favorable, pero nos basamos en tres pilares para lograrlo: seguridad jurídica, exenciones fiscales en la medida que podamos y serenidad para que puedan afrontar la creación de riqueza de la mejor forma posible.
¿Cuáles son los valores más importantes de Granada y cómo se impulsarán?
Tenemos la fortuna de vivir en una tierra rica en patrimonio cultural, histórico y paisajístico, pero que probablemente no ha contado con las políticas adecuadas para su impulso y desarrollo provincial. En la apasionante tarea de lograr que la provincia de Granada alcance el sueño de la prosperidad, no pueden ni deben permanecer ajenos los agentes sociales, empresarios, instituciones y organizaciones provinciales comprometidas con el desarrollo de Granada. Ahora toca remar en una única dirección, todos a la vez, dejando a un lado diferencias ideológicas y partidistas. Por ello, hago un llamamiento al tejido social, empresarial y político de esta provincia para que se unan al objetivo de este nuevo equipo en la Diputación, instándoles a formar parte del impulso que perseguimos para la provincia de Granada. También, espero contar con todos y cada uno de los habitantes de los municipios de Granada para hacer realidad ese impulso al desarrollo provincial. Entre todos, lograremos una provincia mejor, atendiendo las necesidades de cada una de sus comarcas, sin exclusión o prevalencia de unas sobre otras.
¿Qué le hace falta a Granada para estar a primer nivel?
Lo que Granada necesita es que, de una vez por todas, las administraciones públicas y los gobiernos que nos asisten crean en ella, apuesten por ella. No es de recibo que en los presupuestos de la Junta de Andalucía y el Gobierno central, Granada siga siendo marginada frente a otras provincias, por las que sí se apuesta e impulsa, situándolas en puestos de primer nivel. Los granadinos no merecemos este trato y, ahora, como presidente de la Diputación, pelearé por que nos den el respeto y reconocimiento que nos corresponde. Ya le adelanto que he pedido una reunión con el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, a quien quiero trasmitir personalmente algunas de las reivindicaciones más acuciantes que algunos alcaldes de esta provincia me han trasladado, con la confianza de que su presidente arrime el hombro y dé la cara por ellos ante la administración autonómica. Así me comprometí y así haré.
Se está hablando de la supresión de las Diputaciones para ahorrar y simplificar la estructura administrativa, ¿Qué opinión le merece? ¿Cómo reorganizaría la estructura de la Administración Pública para hacerla más eficiente?
Me gustaría hacer una reflexión sobre el papel de las diputaciones, tristemente cuestionado por algunos dirigentes políticos. En las últimas semanas, he visitado muchos municipios de la provincia, la mayoría con pocos habitantes, sin recursos económicos y con necesidades tan urgentes como garantizar el abastecimiento de agua y luz a toda la población. Todos y cada uno de sus alcaldes, con independencia del signo político, han coincidido en que la desaparición de la Diputación supondría una condena de por vida para sus vecinos. La institución que presido es prácticamente el único recurso del que disponen para garantizar la correcta prestación de los servicios básicos y atenciones sociales.
¿Sería conveniente para los intereses de Granada un cambio político regional y nacional?
La aspiración que tengo es sacar a esta provincia del lugar donde se encuentra. Una provincia con un índice de paro por encima del 30 por ciento, donde uno de cada dos jóvenes está en situación de desempleo, donde la renta per cápita se sitúa en los últimos puestos a nivel nacional. Ésa es mi obsesión. Lo más importante ahora es seguir trabajando por Granada. Somos conscientes de que la situación en Granada, Andalucía y España es muy compleja, muy difícil. Lo que sí detecto en los días que llevo al frente de la Diputación de Granada es que la provincia lo dijo el pasado 22 de mayo y lo va a seguir diciendo en el futuro: quiere cambio, quiere nuevos aires, quiere otra forma de gobernar.
Las grandes infraestructuras de la provincia (autovía de la costa, AVE, corredor Mediterráneo…), ¿se verían afectadas si hubiera o no ese cambio?
Desde luego e independientemente del resultado electoral que pueda resultar de las próximas citas electorales, yo creo que es necesario y urgente un gran compromiso electoral entre PSOE y PP, como los dos grandes partidos que pueden ganar las elecciones generales y, posteriormente, las autonómicas, para intentar llevar una propuesta común, encaminada a desbloquear de una vez por todas el gran y grave problema de infraestructuras que tiene la provincia de Granada. Debe ser una apuesta de todos por el bien de los intereses de nuestra tierra.
Ver entrevista completa en PDF